Opinión

¿Y si perdemos las elecciones?

Pensar en la derrota en este instante pudiendo ganar, no es conveniente. Ya veremos qué hacer en ese caso, tal vez seguir educando y protegiéndonos del embate fascista de un posible Tigre Rosa.

Juan Fernando Uribe Duque/Opinión/ El Pregonero del Darién

Si perdemos las elecciones a pesar del esfuerzo, se podría deber a los siguientes factores:

1. La cauda electoral de apoyo no fue suficiente. En este caso el índice de abstención se mantendría básicamente entre la comunidad que fue susceptible a disfrutar de las bondades del llamado Gobierno del Cambio y que no se logró: clases populares, campesinos, estudiantes de los establecimientos públicos, habitantes de las comunas barriales, desplazados, madres cabezas de familia, jóvenes desempleados, trabajadores informales, ancianos desprotegidos y burocracia estatal nombrada en la actual administración.

2. La no realización de obras básicas y logros palpables que hayan representado un índice de bienestar a nivel popular en áreas como salud, educación, reforma agraria, empleo y vivienda. Si bien los logros son evidentes, aún faltan reglamentaciones jurídicas que actualmente están siendo bloqueadas a nivel parlamentario. Como complemento, las dificultades en las negociaciones para lograr una escalada pacífica con las guerrillas narcotraficantes.

3. La poca o nula convicción a los intentos pedagógicos del gobierno y en especial del presidente tratando de crear una conciencia nacional inclusiva y multicultural de amor por el país, por su geografía, por sus recursos y sus habitantes. Este factor es fundamental puesto que el esfuerzo ha sido superlativo y las salidas en falso en discursos resentidos y erráticos, también.

4. El éxito de las acciones repetitivas y contundentes a través de los medios de comunicación adscritos al poder hegemónico tendientes a desprestigiar al gobierno y en especial a la figura del presidente y de su familia, sumada a la traición de viejos políticos que desde la entraña misma de los ministerios quisieron acabar con los objetivos para generar un cambio y volver a la gobernanza neoliberal mafiosa, ha sido notorio, mas no por ello susceptible a críticas certeras

5. La consolidación, principalmente en las clases medias, de los conceptos culturales derivados de la penetración cultural imperialista reforzando la adhesión a los patrones de comportamiento necesarios para que el vasallaje, el racismo y la aculturación, sean mirados como  factor de desarrollo.

5. Así mismo, la persistencia de los valores y conductas heredadas de la colonia española traducidos en la aceptación del mesianismo autocrático, la corrupción permitida en las élites -tomada ésta como simples errores y descuidos-, y el bloqueo cultural a la clase popular al mantenerla en un estado de postración -basada en un sentimiento de esclavitud derivado del desempleo, la pobreza y la precariedad salarial-,  crean suelo fértil para que el país siga sumido en el subdesarrollo.

6. Una tendencia neoliberal codiciosa de privatizarlo todo y mantener la iniciativa y el lucro privados como motor fundamental de las políticas de Estado, favoreciendo negociados y apropiaciones delictivas del erario público.

7. Y finalmente, el triunfo del bloqueo político a las diferentes reformas intentadas por el actual gobierno que dan al traste con toda pretensión de cambio y mejoras sociales.

Por lo anterior, y antes de considerar la pérdida de la presidencia y las no mayorías en el Congreso, deberíamos reforzar el proselitismo y una campaña agresiva de educación política a nivel de las áreas de la sociedad más representativas en cuanto receptores de las bondades del gobierno.

Hemos visto una profusión de comunicadores inteligentes y comprometidos a nivel de las redes sociales que arrasan a los medios radiales y televisivos, si bien estos últimos también se han visto reforzados con campañas mentirosas a nivel de los canales tradicionales como RCN, Caracol y los diferentes señales regionales adscritos a la oposición.

Los adelantos en el accionar de la Justicia y el despertar de la Fiscalía referente a capturas y condenas a paramilitares relacionados con el uribismo y la terrateniencia mafiosa, han despertado entre la ciudadanía una simpatía que podría aportar un apoyo decisivo, incluso se está tratando de que a nivel presencial  la publicidad y educación a favor del gobierno también provenga de cierta élite social clásicamente opositora, y que ahora, al crear esa nueva conciencia social tan necesaria, estamos ante la presencia de un nuevo grupo de comunicadores que cala entre una juventud antes opositora e indiferente.También se ha notado cierto refinamiento entre los precandidatos del Frente Amplio y como decía Vicky Hernández, “nos tenemos que educar para estar a la altura y no pecar de ordinarios” y, sí, en esto último los asesores de imágen han jugado papel principal pues hemos visto muy bien trajeada a la Doctora Corcho y bien afeitado y puesto en órden a Iván Cepeda. Así no creamos, eso genera votos. Recordemos aquello de que “Una imágen vale más que mil palabras”

El objetivo es convencer a esa fracción abstencionista, en especial a nivel del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, para que de su apoyo a la propuesta progresista.

Pensar en la derrota en este instante pudiendo ganar, no es conveniente. Ya veremos qué hacer en ese caso, tal vez seguir educando y protegiéndonos del embate fascista de un posible Tigre Rosa.

Wilmar Jaramillo Velásquez

Comunicador Social Periodista. Con más de treinta años de experiencia en medios de comunicación, 25 de ellos en la región de Urabá. Egresado de la Universidad Jorge Tadeo Lozano

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