¿No es suficiente con lo que tienen ya?
Lo más lamentable es que no ha sucedido absolutamente nada meritorio que haya forzado al gobierno de Israel a detener esa política expansionista y genocida.
Juan Hernández Machado*Opinión/El Pregonero del Darién
Dentro de unos días se cumplirán dos años de la actual etapa del genocidio que el gobierno racista de Israel comete contra el pueblo palestino.
Pueblo que no solo habita en la Franja de Gaza y en Cisjordania, sino también en los centenares de campamentos en otros países donde fueron obligados a emigrar debido a esas mismas acciones genocidas del gobierno de Tel Aviv, sin importar el nombre de quien lo haya estado dirigiendo en un momento determinado.
Pueblo palestino que es sunita, chiíta y cristiano; que pertenece a diferentes organizaciones; pero es el pueblo palestino, ese de milenaria trascendencia que ha conformado su identidad al que están tratando de borrar del mapa.
Hasta ahora hay más de 64 mil muertos, fundamentalmente mujeres y niños inocentes de la Franja de Gaza; la destrucción de la infraestructura es brutal e incluye, desde enero pasado, poblados y asentamientos en Cisjordania, que es dirigida por la Autoridad Palestina.
Recordemos que en 1992, bajo los auspicios del gobierno estadounidense, el gobierno de Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) firmaron los conocidos como Acuerdos de Oslo con el objetivo de solucionar de forma permanente el conflicto israelo- palestino.
Como se conoce, las repetidas violaciones de dicho acuerdo por parte de Israel han impedido que dicho conflicto se haya resuelto, al contrario, se ha agudizado al extremo en perjuicio del pueblo palestino.
Y es que, y lo hemos dicho en repetidas ocasiones y necesitamos continuar diciéndolo porque al parecer hay quienes no entienden o no quieren entender, que todos esos acuerdos con organizaciones palestinas y países árabes suscritos en determinados momentos por el gobierno de Israel, con los siempre solícitos “buenos oficios” del gobierno yanqui de turno, han estado destinados a beneficiar a Israel y a pejudicar a los demás.
No es que lo expresemos en este sitio. Ahí están las evidencias históricas que lo demuestran, al alcance de la mano de todo el que esté interesado.
Lo más lamentable es que no ha sucedido absolutamente nada meritorio que haya forzado al gobierno de Israel a detener esa política expansionista y genocida.
Al contrario, esa política se lleva a cabo con el abierto apoyo de todo tipo del gobierno estadounidense y de otros gobiernos occidentales, así como con una actitud vergonzante por parte de algunos países que dicen condenar las acciones de Israel pero continúan beneficiándose de diferentes acuerdos, económicos y hasta militares, con el gobierno racista de Tel Aviv.
Tal vez el ejemplo más claro de estas violaciones, por ser el más reciente y estar ocurriendo de forma sistemática diariamente, sea el alcanzado entre Israel y el Líbano el 27 de noviembre del año 2024.
Después que el gobierno de Tel Aviv tratara de destruir a los efectivos del movimiento islámico Hezbollah del Líbano – que en solidaridad con sus hermanos palestinos habían convertido el norte de los territorios ocupados por Israel en parajes desérticos, paralizando todas sus actividades y obligando a centenares de miles de colonos israelíes a abandonarlo – y luego que el gobierno de Benjamín Netanyahu realizara la llamada operación de los beepers, que mató e inutilizó a una buena cantidad de cuadros de la organización islámica, gracias a la mediación estadounidense bajo el mandato del señor Joe Biden, ambos gobiernos llegaron a un acuerdo de cese al fuego en noviembre de 2024.
Dicho acuerdo, al que se sumara Francia, Alemania y el Reino Unido como garantes además de los Estados Unidos, fue aceptado por el gobierno israelí solo con el voto en contra del ministro de seguridad nacional, el ultra derechista Itamar Ben-Gvir.
Y el mismo acuerdo contenía cláusulas que beneficiaban solamente a Israel, tales como que los sionistas conservarían completa libertad de acción militar para atacar al Líbano en caso de que Hezbollah u otra entidad libanesa violara el acuerdo y que Israel conservaría presencia en cinco puntos del Líbano al no establecerse una zona de amortiguación entre las aldeas del sur libanés y los asentamientos israelíes en el área de conflicto.
No pretendemos, amigo lector, cansarlo con demasiado datos y elementos históricos, algunos de los cuales hemos referido en comentarios anteriores aparecidos en este mismo sitio.
Solo decir que este acuerdo ha sido violado por Israel en más de mil ocasiones con el pretexto de perseguir a efectivos de Hezbollah hasta en la propia capital libanesa, con una impunidad tremenda y ninguno de los prestigiosos garantes del acuerdo ha hecho absolutamente nada, a pesar de que además dichas acciones sionistas violan la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Pero como eso no era suficiente, mediante una diplomacia y campaña propagandística de engaños y de compromisos, se está logrando que el mandato de las fuerzas de UNIFIL de las Naciones Unidas, que buscan contener la agresión al Líbano, termine lo más pronto posible porque, como es lógico, su presencia daña los intereses del régimen sionista.
Y basado en la prepotencia e impunidad del gobierno de Bibí Netanyahu, se produjo lo que muchos no esperaban: el ataque israelí a Catar para asesinar a varios dirigentes del movimiento islámico Hamas que se encontraban en ese país como parte de los que negocian un alto al fuego y cese definitivo de las acciones de Israel contra la Franja de Gaza.
Hasta el momento, ese país árabe e islámico ha sido uno de los principales facilitadores de que se logre finalmente un acuerdo de paz que ponga fin al genocidio que sufre el pueblo palestino.
Aviones sionistas del tipo F-15 y F- 35, desde posiciones en el Mar Rojo, lanzaron cohetes balísticos contra la capital de Catar. Y aunque, al igual que hicieran cuando Israel atacó a Irán en lo que pasó a ser conocido como la guerra de los doce días, se ha estado manipulando a la opinión pública mundial en cuanto a si el señor Donald Trump sabía o no de la operación.
Tal vez no le dieron el tiempo que ellos hubieran deseado, pero, partiendo de su estrecha colaboración en todos los sentidos, la que necesitan para terminar sus objetivos en la Franja de Gaza, no creemos que Netanyahu se haya atrevido a hacer algo que realmente hubiera disgustado profundamente a su socio y protector el presidente estadounidense.
Esa acción israelita demostró, sin duda alguna, que están dispuestos a llegar a donde sea necesario por tal de cumplir los objetivos que tienen planteados. Pero, además, quedan claros los sentimientos sionistas hacia Catar.
Como prueba de lo anterior están las declaraciones que el pasado lunes hiciera el primer ministro de Israel ante más de 200 legisladores estadounidenses en Jerusalén y que fueron divulgadas por la Agencia de Noticias de su país, en las que acusó a China y a Catar de dirigir una campaña para asediar al Estado judío y separarlo de sus aliados.
¡Qué casualidad que ahora el señor Bibí la emprende contra China, obsesión de su amigo Trump, y la vincula con Catar!
Bibí agregó que ambos países organizan un ataque a través de las redes sociales en Occidente contra Israel y que lo van a contrarrestar con sus propios métodos.
Entonces…el ataque a Doha el 9 de septiembre pasado para matar a dirigentes principales del movimiento islámico Hamas fue solo una excusa para dar una señal fuerte a Catar y a todos los otros países árabes de la región de lo que les puede esperar en el futuro.
La condena mundial a esa acción ha sido casi unánime. Lógicamente, con los matices que imponen la realidad del mundo de hoy, como que la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que contó con el apoyo de Estados Unidos, condenara el hecho pero no mencionara el nombre del autor.
Por su parte, Catar convocó a una cumbre de países árabes e islámicos que se celebró el pasado 15 de septiembre llevó a su capital a más de 50 jefes de Estado y funcionarios de muy alto nivel de esos países.
Coincidentemente, ese mismo día se conmemoraba el quinto aniversario de la firma de los Acuerdos de Abraham, patrocinados por el gobierno estadounidense, entre Bharéin y Emiratos Árabes Unidos e Israel. Fueron firmados en Washington, D. C. el 15 de septiembre del año 2020 y posteriormente se le unieron Marruecos y Sudán.Ahora, Donald Trump en su segundo mandato pretende incorporar a Siria, el Líbano y Arabia Saudita a dichos acuerdos.
Aunque el comunicado final de la cumbre árabe e islámica, además de la condena a la acción de Israel, solicita medidas de diferentes tipos contra el régimen sionista de Tel Aviv, indudablemente las propias relaciones de algunos de esos países con Israel limitan que se puedan adoptar acciones efectivas para forzar a los sionistas a cumplir las leyes internacionales y respetar a los demás, como ellos exigen ser respetados por todos.
Un solo ejemplo: Marruecos, país que se sumó a los acuerdos de Abraham. Según la Agencia de Noticias de Israel, ya en el año 2023 la entidad sionista era el tercer socio militar del país árabe, después de Estados Unidos y de Francia.
Dicha cooperación comenzó en el mismo año 2020 cuando se firmaron los acuerdos y alcanza más de mil setecientos millones de dólares a cambio de medios militares fabricados en Israel como vehículos aéreos no tripulados, cohetes del tipo Barak, sistemas de artillería, satélite espía Ofek, cohetes crucero del tipo Extra y otros.
La duda sobre la aplicación de medidas concretas versus fuertes declaraciones de condena a la entidad sionista es grande. Así lo manifestaron algunos de los participantes en dicha cumbre.
El primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, según medios de prensa árabes, manifestó que “Las condenas no detendrán los misiles. Las declaraciones no liberarán a Palestina”.
Por su parte, Ali Lariyani, secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán consideró que celebrar conferencias llenas de discursos sin que se logren resultados prácticos era, de cierta forma, alentar a la ocupación y a que los sionistas continuaran con sus crímenes.
Según reportara Al Mayadeen, Lariyani, al comentar sobre una reunión de los países miembros de la Organización de Cooperación del Golfo, manifestó, “ya que no han hecho por los musulmanes hambrientos y oprimidos de Palestina, al menos tomen una decisión modesta para evitar su propia aniquilación”.
Trump despachó a su secretario de estado Marcos Rubio a Israel y luego a Qatar con el objetivo de que ninguno de los dos fuera a dar pasos extremos que trajeran malas consecuencias para sus objetivos en el área, y sobre Catar expresó en las redes sociales, “Estamos con ellos. Han sido un gran aliado…Mucha gente no entiende lo de Catar. Catar ha sido un gran aliado y también lleva una vida muy difícil porque está en medio de todo”.
Rubio, por su parte, expresó en Israel el interés estadounidense de que Catar continuara como mediador entre Israel y el movimiento islámico Hamas para asegurar un cese al fuego en la guerra de Gaza, afirmando que si un país podía ser un mediador efectivo en este caso era Catar.
La destrucción de Gaza y del pueblo palestino continúa sin freno por parte de Israel. Ese pueblo palestino al que pertenecen los miembros del grupo islámico Hamas, los de la Yihad Islámica, los del Frente Popular para la Liberación de Palestina, los del Frente Democrático para la Liberación de Palestina, al igual que los de Al Fattah y otros movimientos que integran la Autoridad Palestina.
La solución del conflicto tiene que abarcarlos a todos, teniendo al pueblo palestino en primer lugar.
Esperemos que en la Asamblea General de las Naciones Unidas que ya está a punto de comenzar, los países más conscientes del mundo, aquellos que han identificado claramente que no es solo condenar a Israel sino a todos los que contribuyen al mantenimiento de ese país en todos los sentidos, actúen con medidas concretas para forzar al ente sionista a poner fin al genocidio contra el pueblo palestino y a las repetidas agresiones contra el Líbano, Yemen y Siria, además de sus amenazas de ir contra cualquiera que se oponga a sus objetivos.
¿No son suficientes ya las pruebas que poseen para que el mundo reaccione de forma unida y coherente ante esto?
18 de septiembre 2025.
*Historiador cubano y Premio Nacional de Filatelia 2012 y miembro de la Unión de Historiadores y Artistas de Cuba/septiembre 2025.