Opinión

Luces y sombras en la consulta del Pacto Histórico

La consulta del Pacto Histórico marcó un avance democrático, pero evidenció fracturas internas.

29 de octubre de 2025

La reciente consulta del Pacto Histórico, celebrada el pasado 26 de octubre, me deja una mezcla de sensaciones encontradas. Por un lado, reconozco el enorme valor democrático de un ejercicio que convocó a más de 2,7 millones de ciudadanos, un hecho que reafirma la vitalidad política de la izquierda colombiana. Sin embargo, también percibo las grietas internas de una coalición que, aunque celebra su capacidad de movilización, enfrenta tensiones profundas en su estructura y liderazgo.

No puedo negar que la victoria de Iván Cepeda con más del 65 % de los votos constituye un hito para el progresismo. Su triunfo representa el respaldo a una figura que ha construido su carrera sobre la defensa de los derechos humanos, la paz y la justicia social. En lo personal, valoro que esta consulta haya servido para institucionalizar al Pacto Histórico como una fuerza política con mecanismos democráticos propios, alejándose de la improvisación que en otras épocas marcó a los movimientos alternativos.

Este proceso interno evidenció una izquierda más organizada, capaz de debatir públicamente y dirimir sus diferencias en las urnas. La introducción de las listas cerradas con alternancia de género (cremallera) es, sin duda, un paso hacia la paridad y la modernización política. Pero, más allá de las formas, la consulta demuestra que el Pacto Histórico ha logrado consolidar una base social movilizada, que reconoce en este proyecto una alternativa real frente a la política tradicional.

No obstante, como ciudadano, no puedo ignorar que el proceso también dejó heridas abiertas. La retirada de figuras como Daniel Quintero, alegando falta de garantías jurídicas y los constantes ataques hacia Carolina Corcho, reflejó la persistente desconfianza entre sectores progresistas. Esta situación plantea una pregunta crucial: ¿puede un movimiento avanzar hacia la unidad si internamente prevalecen los intereses personales sobre la visión colectiva?

En mi opinión, el Pacto Histórico corre el riesgo de caer en una autocomplacencia peligrosa. Ganar una consulta interna es importante, pero no garantiza el éxito en las elecciones de 2026. La verdadera prueba será construir un proyecto que trascienda la retórica ideológica y se traduzca en resultados concretos para el país. Si la coalición no logra superar sus diferencias internas y ampliar su base hacia sectores moderados, su victoria podría ser efímera.

El panorama político que deja esta consulta es complejo. Iván Cepeda emerge como el líder indiscutible del progresismo, pero su desafío será mantener cohesionada una coalición diversa, con tensiones entre movimientos sociales, sectores sindicales, feministas y corrientes más institucionales. En lo personal, creo que esta elección no solo definió un candidato, sino también el tipo de liderazgo que la izquierda ofrecerá al país: uno que puede optar por el diálogo y la inclusión, o caer en el sectarismo que históricamente ha limitado sus avances.

La consulta del Pacto Histórico, con todas sus luces y sombras, representa una oportunidad para demostrar que la izquierda colombiana puede gobernar con responsabilidad, pluralismo y visión de país. No basta con movilizar a millones de simpatizantes; se requiere construir confianza y credibilidad ante una ciudadanía cansada de promesas incumplidas. Si Cepeda logra tender puentes con los sectores independientes y garantizar gobernabilidad, este proceso podría marcar el inicio de una nueva etapa en la política nacional.

En lo personal, me quedo con una convicción: Colombia necesita más debates como este, más participación ciudadana, más ejercicios de democracia interna. Pero también necesita menos egos, menos fragmentación y más sentido de propósito. De lo contrario, la consulta que hoy celebramos podría ser recordada no como un triunfo, sino como la antesala de una oportunidad desperdiciada.

Libardo Antonio Vasquez Quintero

Programador y diseñador web. Con más de 20 años de experiencia en el sector audiovisual, soy apasionado por las comunicaciones. Defiendo las ideas libres y el pensamiento crítico. Soy fiel creyente en la utopía de ver una Colombia en paz.

Artículos destacados

Botón volver arriba