Seguridad y Defensa

Incentivan desmovilización de grupos criminales

La directiva también introduce los ‘Hogares de Paz’, espacios de acogida temporal donde, durante 90 días, los desmovilizados y sus familias reciben asistencia.

Colombia avanza con resultados significativos en su propósito de desmovilización y reincorporación de integrantes de estructuras criminales. En lo que va del Gobierno del Cambio, 450 personas se han desmovilizado, a lo que se suman 891 desvinculados y más de 1.800 sometidos a la ley en los últimos tres años.  El Grupo de Atención Humanitaria al Desmovilizado (GAHD), adscrito al Ministerio de Defensa, acompaña a quienes deciden abandonar los grupos armados ilegales y acogerse a los beneficios establecidos por el Gobierno Nacional, como parte de una política integral de paz y reintegración.

Este impulso se consolida con la Directiva Permanente 18 de 2025, expedida por el Ministerio de Defensa Nacional, que actualiza los incentivos económicos y prioriza un enfoque humano desde el primer momento. Las bonificaciones varían según el rol y la colaboración del desmovilizado, e incluyen pagos por entrega de menores, presentación de integrantes, entrega de material de guerra y suministro de información útil. Los montos oscilan entre 2,5 salarios mínimos legales mensuales por la desvinculación de un menor, hasta 280 por la presentación de un cabecilla principal, además de recompensas por hallazgos como laboratorios, campos minados o dinero ilegal.

La directiva también introduce los ‘Hogares de Paz’, espacios de acogida temporal donde, durante 90 días, los desmovilizados y sus familias reciben asistencia, alimentación y apoyo psicosocial, mientras se recopila información y se planifica su reintegración. En este proceso participa la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), que garantiza atención integral, acceso a educación formal, formación laboral y capital semilla para proyectos productivos, en coordinación con autoridades locales y la Fuerza Pública.

Una de las historias que refleja el impacto de esta política es la de ‘Sofía’, quien fue víctima del reclutamiento forzoso por parte el ‘Clan del Golfo’ a los ocho años. Le prometieron dinero y protección, pero encontró abuso, miedo y violencia. “Todo eso que le dicen es mentira. Allá uno sale o es volado o muerto”, recuerda. A los doce años, fue obligada a torturar a una persona, y posteriormente fue víctima de violación por parte de un comandante. “Me violó porque quería, porque sí, porque ellos son los que mandan…”, relata.

‘Sofía’ decidió escapar para salvar su vida y la de su hijo. Hoy, con el acompañamiento del GAHD y la ARN, aprende un oficio y construye un proyecto de vida lejos del miedo. “Mi invitación es que no caigan en esas trampas, que eso no es realidad”, afirma.

Aunque persisten retos como la estigmatización laboral y la alta vulnerabilidad en seguridad, los indicadores muestran avances sostenidos: el 93 % de los beneficiarios supera sus afectaciones emocionales y el 82 % vence el analfabetismo. “Si no transformamos el territorio, no va a poder haber seguridad”, ha reiterado el ministro de Defensa, Pedro Sánchez Suárez, subrayando que la paz se construye con el compromiso del Estado, el sector privado y la sociedad.

Wilmar Jaramillo Velásquez

Comunicador Social Periodista. Con más de treinta años de experiencia en medios de comunicación, 25 de ellos en la región de Urabá. Egresado de la Universidad Jorge Tadeo Lozano

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