Forjando Futuros: 23 años transformando vidas en Urabá
La fundación tiene bajo su representación 1.612 casos de solicitud de restitución de tierras y brinda representación jurídica y acompañamiento psicosocial a 484 personas ante la JEP.

(Foto principal/fortaleciendo el liderazgo regional)
Durante más de veinte años, Urabá ha sido testigo de una transformación profunda, tejida desde la perseverancia, el acompañamiento jurídico, el trabajo comunitario y la convicción de que la dignidad puede reconstruirse incluso en los territorios más golpeados por la guerra y el despojo. Esa transformación tiene un nombre: Forjando Futuros, una organización que ha logrado convertir la defensa de los derechos humanos en un motor de desarrollo, reparación y esperanza colectiva.
Hoy, sus resultados hablan por sí solos: obras tangibles, restitución de tierras, justicia, fortalecimiento comunitario y miles de vidas que cambiaron para siempre.

mejoramientos en cocinas, baños, pisos y techos.
Un territorio que se reconstruye casa por casa
En los últimos años, Forjando Futuros ha ejecutado programas de vivienda y dignificación habitacional significativos en la región. En Turbo y Apartadó han construido 333 viviendas, entre casas nuevas en sitio propio y mejoramientos en cocinas, baños, pisos y techos. Solo en septiembre de 2025 fueron entregados 171 mejoramientos de vivienda en Turbo, hogares que representan el cierre de un ciclo de precariedad y el comienzo de uno nuevo para cientos de familias.
El impacto es visible no solo en la infraestructura, sino en la emoción de quienes recuperaron la tranquilidad bajo un techo digno. Georgina Murillo, una de las beneficiarias lo resume así: “Yo me siento feliz, me siento como que estuviera en una casa nueva, en otro lado que no era la mía, porque me siento muy contenta con mi casa.”
A esto se suman obras comunitarias estratégicas, como la construcción de la cocina, el restaurante y los baños para el funcionamiento de la Escuela Eugenia Arriba de Guacamayas, así como la adecuación de espacios vitales en el otrora Hospital Antonio Roldán Betancur, donde se fortaleció la Unidad Materno-Infantil y la Unidad de Seguridad Alimentaria. Son infraestructuras que hoy garantizan bienestar colectivo y condiciones dignas para miles de personas.

La tierra vuelve a manos de quienes nunca debieron perderla
La restitución de tierras ha sido uno de los pilares de Forjando Futuros. Hasta la fecha, han logrado que 1.784 hectáreas regresen legalmente a sus legítimos dueños, quienes fueron despojados, en su mayoría, por grupos paramilitares. Familias de Guacamayas y California retornaron a sus fincas, mientras que las de Puerto Pisisí recibieron compensaciones ordenadas por jueces. Además, se han formalizado 199 títulos de predios en Nueva Colonia, brindando seguridad jurídica a comunidades que por décadas vivieron bajo la incertidumbre.

Los procesos siguen en marcha. Actualmente, la fundación tiene bajo su representación 1.612 casos de solicitud de restitución de tierras y brinda representación jurídica y acompañamiento psicosocial a 484 personas ante la JEP, en su búsqueda de verdad y reparación. También participa activamente ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, donde ha presentado informes sobre empresas y derechos humanos y ha llevado el caso de despojo de tierras en La Teca, donde más de 125 personas esperan poder retornar a su territorio o ser compensadas.
Rosemberg Ibáñez Ortega, una de las voces campesinas de Guacamayasque hoy celebra haber recuperado su finca lo expresa con contundencia: “Yo nunca creí que esto lo podían volver a hacer, yo decía que eso no era así, pero gracias a la Fundación, a la gente, a los compañeros, a los abogados, logramos la tierra.”
Visibilizar el caso de Chiquita Brands, una lucha contra la impunidad
En alianza con siete organizaciones sociales, Forjando Futuros ha liderado una campaña nacional e internacional para evitar que prescriba el proceso contra Chiquita Brands en Colombia. La iniciativa logró ubicar el debate en la agenda pública y revelar la magnitud de los predios vinculados a la multinacional: 73 terrenos, más de 4.000 hectáreas en zona de influencia de Puerto Antioquia, valorados en más de un billón de pesos.
La exigencia de justicia es un compromiso con las víctimas del paramilitarismo. Como afirma Vanderley Quintero Rubio, líder social y víctima del conflicto: “Por supuesto, que no queden en la impunidad los hechos cometidos por quienes financiaron el paramilitarismo en Urabá.”
Sembrar vida para cosechar territorio
La apuesta por la sostenibilidad también ha sido una prioridad. La Fundación ha sembrado más de 75.000 árboles y ha involucrado a 7.000 personas en proyectos de huertas, emprendimientos agroecológicos y prácticas comunitarias de protección ambiental. En una región donde la naturaleza ha sido devastada por la guerra, estas acciones marcan un renacer.
“Realmente me ha cambiado la vida por el hecho de que tenemos esperanza de que vamos a coger un fruto mañana”, afirma Dina Luz Ibáñez Correa.

Formación que abre caminos y multiplica oportunidades
Más de 3.600 personas han participado en procesos de formación en Liderazgo, Paz y Derechos Humanos, donde funcionarios públicos, empresarios, líderes sociales, jóvenes y mujeres fortalecieron sus capacidades para transformar su entorno.
Los testimonios de estos procesos muestran un antes y un después: “A la Fundación agradecerle por esta iniciativa que tiene y que ojalá Dios quiera siga haciendo estos procesos con estos jóvenes en el municipio de Apartadó”, manifiesta Temístocle Ramírez Copete, docente del municipio de Apartadó.
El avance también ha sido económico: el 62% de las mujeres formadas aumentó sus ingresos, un logro significativo en una región donde la autonomía económica representa libertad, seguridad y nuevas oportunidades. Así lo expresa Adriana Estefanía Hinestroza Vargas, beneficiaria del municipio de Carepa: “En realidad fue algo que nos fortaleció y nos ayudó a crecer como personas.”

Un trabajo que cruza fronteras y construyó alianzas
Forjando Futuros ha ejecutado 125 proyectos en Urabá, gracias al apoyo de la cooperación internacional de España, Francia, Suecia, Nueva Zelanda y Estados Unidos. Estas alianzas han permitido que iniciativas de gran impacto social, jurídico y territorial se sostengan, crezcan y se multipliquen.
Cada proyecto, cada finca recuperada, cada hogar construido, cada árbol sembrado y cada proceso formativo cuenta. Y juntos conforman un legado que demuestra que la transformación es posible cuando las comunidades, las instituciones y los aliados trabajan desde el mismo propósito.




