Iniciamos el último año
Sería injusto perder las elecciones ante una oposición sin argumentos distintos al efecto mediático de la manipulación del miedo.
Juan Fernando Uribe Duque/Opinión/ El Pregonero del Darién.
A pesar de los golpes bajos y traiciones, seguimos concretando la esperanza en un país mejor. Los tiempos de la desventura, el odio y la violencia, tienen que pasar. Estamos viviendo los últimos coletazos desesperados del monstruo que nos sumió en la inequidad y la barbarie para favorecer une élite blanca dependiente de los dictados de un imperialismo decadente, que con la aparición del componente mafioso produjo un esperpento de mil caras que como un Frankenstein marcha destruyéndolo todo.
Los logros del gobierno son evidentes, incluso han enriquecido más a los grandes empresarios que están en mora de apoyar la proyección progresista, pero al parecer sus vínculos políticos con las multinacionales y las grandes corporaciones se lo impiden, incluso no entendemos cómo el grupo Gilinski que se ha visto favorecido por las políticas económicas actuales, no modifica la posición editorial de «Semana» otrora un medio con sentido crítico interesante.
Vemos en los debates de precandidatos la pobreza argumental e intelectual de los opositores al gobierno. Dan risa las réplicas a la Dra. Corcho o los «slogans» de presentación como el tal «Paloma Power» -que pena, vergüenza ajena ridiculez total- «Paloma Power» ¿Qué es eso? Una “gringuita” popayaneja gritando como su jefe en infortunio…
El país ha cambiado y eso es innegable; la economía marcha por la senda del progreso, la pobreza se redime; los logros en educación y conectividad son evidentes, la Reforma Agraria ha desbordado todas las expectativas, la SAE se está librando de las garras de la mafia, y la corrupción -que se disfrazó de generosidad y honradez para clavarnos el puñal creando líderes y delincuentes de doble faz-, ya siente los pasos de una Justicia justa. Han sido tres años maravillosos, únicos, increíbles.
Este gobierno fue el primer paso lleno de dificultades, improvisaciones y bisoñadas, pero ha tenido siempre muy claro el objetivo de generar conciencia y optar por un cambio impostergable: Tratar de estremecer y desbaratar toda la estructura mafiosa de una gobernanza paramilitar entreverada con la codicia de un sector financiero y de un grupo de rentistas de los recursos fósiles, no ha sido fácil, como también no lo ha sido el combate contra aquellos que hicieron del país un nicho de contrabando e importaciones de alimentos y bienes que podríamos producir perfectamente estimulando la economía y el bienestar.
La cara de Colombia ya es otra, y la diversidad cultural que alimenta un país lleno de belleza ya empieza a expresarse con toda la contundencia y el fervor con el que ha sido acallada. De aquí para adelante ya nada será igual, ahora es preciso concretar la fuerza política del Pacto Histórico impidiendo la división y el fracaso electoral toda vez que es la mayor fuerza política en la actualidad. Sería injusto perder las elecciones ante una oposición sin argumentos distintos al efecto mediático de la manipulación del miedo.
El pueblo lo sabe y no dejará perder esta oportunidad.os el último año