EPM,70 años de historia
En 2025, las cuatro primeras unidades de generación, actualmente, en operación aportan cerca del 8 % de la energía consumida en Colombia.
El Teatro Metropolitano José Gutiérrez Gómez, en Medellín, se vistió de gala para celebrar los 70 años de trayectoria de EPM, una empresa que ha sido motor fundamental del desarrollo sostenible en todos los territorios donde tiene presencia.
En la ceremonia estuvieron presentes el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón; el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez Zuluaga; el gerente general de EPM, John Maya Salazar, acompañados de autoridades del orden nacional, regional y local, académicos, empresarios, líderes sociales, colaboradores de la Empresa y representantes de las comunidades que han sido protagonistas esenciales en la construcción y desarrollo de proyectos emblemáticos que han marcado la historia de la región y del país.
Este encuentro fue un espacio para reconocer el compromiso constante y la colaboración estrecha entre la Empresa y la sociedad, una alianza que le ha permitido a EPM transformar vidas, promover el desarrollo integral y posicionarse como un referente en sostenibilidad y bienestar.
Desde su creación, el 6 de agosto de 1955, EPM ha evolucionado más allá de la prestación de servicios públicos para convertirse en un aliado estratégico, impulsando el desarrollo social, económico y ambiental en los territorios donde opera.
En los territorios
“Son siete décadas de ingeniería dedicada a transformar vidas, superando desafíos que requieren esfuerzo y soluciones innovadoras, y que han dado lugar a momentos de profunda satisfacción”, dijo el gerente Maya Salazar, mientras destacaba algunos de los hitos más importantes de EPM hasta ahora:
La puesta en marcha de la planta de potabilización La Ayurá en 1968, la primera gran infraestructura de tratamiento de agua potable en Medellín incrementó la capacidad de suministro de agua segura para el consumo humano a más de un millón de habitantes. Este avance no solo garantizó una mejor calidad de vida, sino que sentó las bases para el crecimiento urbano y el desarrollo sostenible de la región. En la actualidad, esta planta aporta hasta el 60 % de lo que requiere el sistema interconectado de acueducto, abasteciendo a más de tres millones de usuarios.
Antes de la creación de EPM, en 1932, la central Guadalupe I, fue fundamental en el proceso de industrialización de la región y punto de partida de la cadena de aprovechamiento hidroeléctrico Guadalupe-Troneras (Guatron), conformada por las centrales Troneras, Guadalupe 3 y Guadalupe 4. En 1979, la culminación total del proyecto hidroeléctrico El Peñol-Guatapé marcó un hito clave para Colombia y Antioquia. Este embalse, el de mayor regulación multianual del país, tiene un volumen útil de 1.120 millones de metros cúbicos en un área de 6.385 hectáreas, lo que lo convierte en uno de los cuerpos lacustres más grandes del país. Más allá de su función hidroeléctrica, el embalse ha impulsado la economía local a través del desarrollo del turismo.
Desde hace 70 años, EPM trabaja en el saneamiento del Valle de Aburrá a través de la construcción de una extensa red de alcantarillado que hoy alcanza los 4.900 kilómetros y que conecta hogares, comercios e industrias al sistema de tratamiento. En 1982, Medellín asumió el reto de recuperar el río Aburrá-Medellín mediante un plan estructurado de saneamiento liderado por EPM. Gracias a las plantas San Fernando y Aguas Claras, en Itagüí y Bello, respectivamente, hoy se trata cerca del 92 % de las aguas residuales, transformando el río de un foco de contaminación en un eje vital para la ciudad. Este proceso, que implicó superar retos técnicos, sociales y ambientales, ha generado un cambio cultural y ambiental profundo, devolviendo dignidad al río y mejorando la calidad de vida de millones de personas.
En 1993, las centrales hidroeléctricas Niquía (Bello) y La Tasajera (Barbosa), fortalecieron el suministro energético regional (con capacidades que alcanzan hasta 19 MW y 306 MW, respectivamente) integrándose en el complejo hidroeléctrico Riogrande II para garantizar tanto la generación eléctrica como el aporte de agua para potabilización. Estas obras conjuntas impulsaron el desarrollo sostenible de Antioquia, asegurando un suministro confiable de agua potable y energía para su creciente población.
Otros avances
Durante el período 2005-2015, EPM llevó los servicios de agua potable y saneamiento básico a otras zonas rurales y urbanas de Antioquia, mediante la operación de sus filiales Aguas de Urabá y Regional de Occidente, que ampliaron el acceso a servicios básicos en regiones históricamente rezagadas como Urabá y Occidente. Ambas empresas, que luego se fusionaron en 2016 para formar Aguas Regionales EPM, atendieron a municipios con alta población rural y urbana, y con necesidades críticas de infraestructura. Gracias a su gestión, la cobertura en Antioquia estuvo cerca del 88 % en 2013, superando el promedio nacional. Este logro representó un avance significativo en la reducción de las brechas en el acceso a servicios básicos, especialmente en zonas rurales y periféricas del departamento.
Hidroituango se ha convertido en un símbolo de resiliencia y superación para Colombia. Tras la contingencia de 2018, EPM emprendió un arduo camino para proteger a las comunidades aguas abajo de la presa y estabilizar la obra. Fueron años de trabajo técnico riguroso, decisiones estratégicas y un compromiso constante con la protección de la vida y el ambiente.
En 2025, las cuatro primeras unidades de generación, actualmente, en operación aportan cerca del 8 % de la energía consumida en Colombia. La segunda etapa del proyecto, con otras cuatro unidades de generación, se encuentra en construcción. Cuando la central esté terminada generará 2.400 megavatios de energía, alrededor del 17 % de la energía del país, que aportará a su desarrollo y a la calidad de vida de millones de colombianos.
Hidroituango es mucho más que una central hidroeléctrica: es un verdadero motor de desarrollo y esperanza para la región, que protege el entorno y brinda energía limpia y renovable para millones de colombianos. Con una inversión social y ambiental de más de 2,6 billones de pesos, ha impulsado proyectos que transforman la vida de más de 6.000 familias en 16 municipios, apoyando su crecimiento con iniciativas productivas y fortaleciendo el tejido social a través de la contratación social y la organización comunitaria. Entre ellas se destacan: 1.500 kilómetros de vías nuevas y recuperadas, 121 instituciones educativas, entre nuevas y mejoradas, 739 familias con vivienda nueva o mejorada, 800 viviendas nuevas, construidas en madera dentro del programa Aldeas y fortalecimiento de 527 proyectos productivos.
En lo ambiental, Hidroituango protege más de 24 mil hectáreas de bosques tropicales, cuidando la biodiversidad y conectando ecosistemas vitales, mientras trabaja de la mano con las comunidades para restaurar y conservar su entorno.
Un futuro con visión y liderazgo
Con operaciones en Antioquia, el Eje Cafetero, Santander, la Región Caribe y presencia en mercados internacionales, en México, Guatemala, El Salvador, Panamá y Chile, EPM conecta comunidades e impulsa el progreso.
La Empresa sigue siendo pionera en integrar tecnología y sostenibilidad en sus operaciones. Desde el primer parque eólico en Colombia (Jepírachi en La Guajira – 2004), la construcción de minicentrales hidroeléctricas hasta la inauguración reciente de la planta de biometano (2023) y el parque solar fotovoltaico Tepuy (2024), EPM lidera la transición hacia energías limpias y renovables en Colombia.
Hoy, 70 años después de su fundación, EPM sigue siendo 100 % pública. Su visión está puesta en el futuro, con proyectos emblemáticos como la producción de hidrógeno, la expansión de energías renovables y la transformación digital, que consolidan su papel como referente en el sector. (Información institucional)