EPM protege el agua en Medellín
Con el proyecto Conservación de cuencas se han intervenido siete cuencas abastecedoras y receptoras, desde zonas urbanas hasta veredas en Medellín.

Foto principal/ cuidando el agua habrá vida, agricultura.
Medellín continúa recuperando sus cuencas estratégicas con intervenciones ambientales y sociales que han permitido mejorar las condiciones de las quebradas, reducir cargas de residuos y fortalecer las prácticas comunitarias de cuidado del agua.
Estas acciones, desarrolladas por EPM, en contratación con Emvarias, filial del Grupo EPM, se han consolidado en territorios rurales y urbanos gracias al trabajo articulado con las comunidades y entidades aliadas.
En los últimos años, el proyecto de Conservación de cuencas ha intervenido territorios estratégicos en los corregimientos de San Antonio de Prado, San Cristóbal y Santa Elena, así como en los barrios Santo Domingo, Aranjuez, La Camila, La Iguaná, El Pesebre y otros sectores priorizados.
Estos territorios son determinantes para la sostenibilidad hídrica y la prevención de afectaciones sobre el sistema de acueducto y alcantarillado. Las intervenciones han integrado limpieza, retiro de residuos, embellecimiento paisajístico, siembras y acompañamiento social, siempre con la participación de líderes y habitantes de las zonas rurales.
Por el bienestar de la comunidad
El proyecto Conservación de cuencas nació en 2021 como respuesta a los puntos críticos identificados por EPM durante la supervisión de cuencas, un ejercicio técnico que permitió evidenciar afectaciones sobre la calidad y cantidad del agua asociadas al manejo inadecuado de residuos. Ese mismo año se realizó un piloto en la cuenca La Iguaná, en el sector de El Pesebre, donde la articulación entre EPM, la secretaría de Medio Ambiente y Emvarias permitió obtener resultados positivos que impulsaron la ampliación del proceso.
A partir de 2022, y ya en contratación con Emvarias, se intervinieron de manera sistemática cuencas abastecedoras como La Iguaná, La Puerta, Doña María, Santa Elena y Piedras Blancas, así como cuencas receptoras como La Rosa, La Malpaso y La Seca, integrando actividades de limpieza, recolección, transporte, disposición final y acciones pedagógicas y de paisajismo para reducir los impactos sobre el sistema hídrico.

El componente pedagógico ha sido un eje fundamental. A través de talleres, visitas puerta a puerta, actividades de tejido social y estrategias educativas se han fortalecido los conocimientos de las comunidades sobre la separación de residuos, la protección de las fuentes hídricas y el manejo adecuado del territorio.
Entre 2021 y 2023, las acciones sociales y operativas consolidaron un proceso de transformación en cuencas como La Iguaná, La Puerta, Doña María, Santa Elena, La Seca y La Rosa. En este periodo, más de 3.500 personas participaron en actividades pedagógicas y comunitarias, y se retiraron más de 2.000 m³ de residuos entre ordinarios, voluminosos y de construcción, evidenciando el impacto técnico y social del proyecto.