Internacional

EE. UU. Presiona a Ucrania para Ceder Territorio y Reducir su Ejército

EE.UU. presiona a Ucrania para ceder territorio a Rusia y reducir su ejército. La UE rechaza el plan como una capitulación ante Putin en medio de ataques masivos.

21 de noviembre de 2025

En un giro dramático que amenaza con reconfigurar el tablero geopolítico europeo, Estados Unidos ha presentado una nueva propuesta de paz que exige a Ucrania concesiones territoriales y militares sin precedentes, alineándose peligrosamente con las demandas históricas del Kremlin. La filtración de este borrador diplomático, que coincide con una de las semanas más sangrientas en el frente ucraniano, ha desatado una tormenta política en Bruselas y un rechazo categórico en Kiev, donde la iniciativa es vista no como un tratado de paz, sino como una sentencia de capitulación.

La Propuesta: Tierra por una «Paz» Incierta

Fuentes diplomáticas con acceso al documento han revelado a agencias internacionales los detalles de un plan que parece diseñado para ofrecer una salida rápida al conflicto, ignorando las líneas rojas trazadas por el gobierno de Volodímir Zelenski desde el inicio de la invasión en febrero de 2022. El texto exige explícitamente a Kiev ceder el territorio actualmente controlado por Rusia, lo que implica el reconocimiento de facto de la soberanía rusa sobre Crimea y otras regiones ocupadas en el este y sur del país.

Sin embargo, las exigencias norteamericanas van más allá de la reconfiguración de fronteras. El borrador estipula una desmilitarización sustancial de Ucrania, demandando la reducción de sus Fuerzas Armadas en más de la mitad, limitando sus efectivos a un máximo de 400.000 soldados. Adicionalmente, se exigiría a Kiev la renuncia total a su armamento de largo alcance, una capacidad que ha sido crucial para la defensa ucraniana en su estrategia de atacar la logística rusa en la retaguardia.

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La ambigüedad sobre la autoría intelectual del plan añade una capa de incertidumbre en los pasillos del poder. «Un matiz importante es que no entendemos si esto es una iniciativa directa de la administración Trump o de su entorno cercano», confesó una fuente bajo condición de anonimato, refiriéndose a la opacidad con la que se están manejando las negociaciones paralelas. Steve Witkoff, enviado principal del presidente Donald Trump, figura como una pieza clave en este nuevo engranaje diplomático, aunque su ausencia en reuniones recientes con la parte ucraniana ha levantado sospechas sobre la verdadera naturaleza de la mediación estadounidense.

Furia en Bruselas: «La Paz no es Capitulación»

La reacción de la Unión Europea ha sido inmediata y fulminante. La diplomacia europea, que ha mantenido un frente unido de apoyo incondicional a Kiev, ve en esta maniobra una traición a los principios de soberanía y derecho internacional. Kaja Kallas, jefa de la diplomacia de la UE, sentenció desde Bruselas que «la paz en Ucrania solo puede lograrse con los europeos y los ucranianos», rechazando cualquier acuerdo cocinado a espaldas del bloque.

Para los líderes europeos, la ecuación es sencilla y aterradora: validar las ganancias territoriales de Rusia mediante la coerción diplomática sentaría un precedente nefasto para la seguridad del continente. «Los ucranianos siempre rechazarán cualquier forma de capitulación», insistió Jean-Noël Barrot, ministro francés de Asuntos Exteriores, recordando que Europa defiende una paz «justa y duradera», no una rendición impuesta.

Desde Berlín, la retórica ha sido igualmente dura. Thorsten Frei, jefe de la Cancillería Federal alemana, calificó las informaciones sobre el plan como «perturbadoras». Para el gobierno alemán, permitir que Vladímir Putin logre en la mesa de negociaciones lo que no ha podido consolidar plenamente en el campo de batalla es un resultado «inaceptable» que carece de credibilidad. La percepción en las capitales europeas es que Washington está buscando cerrar el grifo del conflicto a cualquier costo, sacrificando la integridad de un aliado estratégico en el proceso.

El Terror en el Terreno: La Realidad de la Guerra


Mientras los despachos diplomáticos debaten líneas en un mapa, la realidad en Ucrania sigue escribiéndose con sangre. La presentación de esta propuesta coincide cínicamente con una intensificación masiva de los ataques rusos contra infraestructura civil. Esta misma semana, un bombardeo en la ciudad de Ternópil dejó un saldo trágico de al menos 26 muertos, incluidos tres niños, y más de 90 heridos, en lo que el gobierno alemán ha denunciado como una «guerra de terror contra la población civil».

Las imágenes que llegan desde el oeste de Ucrania muestran bloques de viviendas reducidos a escombros y gigantescos incendios que han disparado los niveles de toxicidad en el aire. Las autoridades locales reportaron que el nivel de cloro en el aire se multiplicó por seis tras los ataques, obligando a la población a confinarse en medio de la devastación. Este contraste entre la violencia desatada por Moscú y las presiones de Washington para que Kiev se desarme ha generado una sensación de abandono y desesperación en la sociedad ucraniana.

Rusia, que actualmente controla cerca de una quinta parte del territorio ucraniano, no ha dado señales de querer detener su maquinaria bélica. El Kremlin, fiel a su estrategia de hermetismo, se ha limitado a declarar que «no hay novedades» en los esfuerzos de paz, mientras sus fuerzas lanzan oleadas de más de 400 drones y misiles en una sola noche. La insistencia rusa en conservar las zonas anexadas de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón parece haber encontrado eco en la nueva propuesta estadounidense, validando la estrategia de desgaste de Putin.

Un Futuro Incierto para la Soberanía Ucraniana

El escenario actual plantea interrogantes existenciales para Ucrania. Con una administración estadounidense aparentemente dispuesta a forzar concesiones dolorosas y una Rusia envalentonada militarmente, el margen de maniobra de Zelenski se estrecha peligrosamente. La propuesta de reducir el ejército ucraniano dejaría al país vulnerable ante futuras agresiones, convirtiendo cualquier tratado de paz en una mera tregua temporal antes de una eventual absorción rusa.

La visita de Zelenski a Turquía para reunirse con Recep Tayyip Erdogan buscaba reactivar un canal de negociación más equilibrado, pero la sombra del plan estadounidense eclipsó cualquier avance. La ausencia de representantes rusos y la falta de compromiso claro de los enviados de Trump evidencian la soledad estratégica de Kiev.

En conclusión, lo que se vende desde Washington como un «plan de paz» tiene todos los visos de ser un ultimátum. Si la comunidad internacional permite que la agresión sea recompensada con territorio y que la víctima sea desarmada, el orden mundial basado en reglas habrá sufrido un golpe quizás irreparable. Los próximos días serán críticos para determinar si Europa logra cerrar filas para proteger a Ucrania o si la realpolitik estadounidense terminará por entregar las llaves del este de Europa al Kremlin.

Libardo Antonio Vasquez Quintero

Programador y diseñador web. Con más de 20 años de experiencia en el sector audiovisual, soy apasionado por las comunicaciones. Defiendo las ideas libres y el pensamiento crítico. Soy fiel creyente en la utopía de ver una Colombia en paz.

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