Las mentiras de la “pax” estadounidense
Algunos observadores consideran que pronto se reanudará el enfrentamiento de Hezbollah con Israel, ya que el movimiento islámico dejó de debilitarse.

Juan Hernández Machado*Opinión/El Pregonero del Darién
Cuando el ilustre emperador de Washington anunciara hace unos meses haber posibilitado diferentes procesos de paz en el mundo, los principales órganos de difusión se hicieron eco de la noticia en espacios destacados, como es lógico.
Hasta se esperaba que le concedieran el Premio Nobel de la Paz, que fuera finalmente conferido a María Corina Machado, la opositora venezolana, para desprestigiar más aún dicho premio porque si se lo hubieran dado al señor Trump hubiera quedado desprestigiado.
Por si fuera poco, la FIFA le entregó hace unos días el recién creado “Premio de la Paz” al señor presidente Donald Trump, por “sus acciones para promover la paz y la unidad”. Este, tan modesto como siempre es, manifestó que “Hemos salvado millones de vidas”.
Y es cierto que la mano estadounidense ha estado detrás de una serie de acuerdos de paz alcanzados entre partes contendientes en diferentes partes del mundo.
Aunque no es una prerrogativa del señor Trump porque otros presidentes también han tratado de utilizar ese mecanismo para de una forma suave, engañosa y sin mucho ruido imponer, al final, los intereses de quienes se consideran el policía mundial.
Nobles, bondadosos, humanitarios, y póngale cuantos buenos adjetivos más usted quiera es lo que aparece en la superficie de todos estos acuerdos de alto al fuego y de paz promovidos por el gobierno estadounidense, pero los verdaderos objetivos del imperio y de sus asociados regionales, según el lugar que corresponda, son otros.
No importa las bellas palabras que utilicen en el período previo al acuerdo, y de lo contenido en el mismo, porque realmente, los objetivos que buscan lograr con el estos son:
Consolidar la posición estadounidense en los principales escenarios políticos del mundo.
Favorecer todo lo que se pueda al socio en el conflicto de que se trate.
Facilitar para las empresas estadounidenses el grueso de las ganancias resultantes de la reconstrucción de los lugares pacificados.
Terminar con la oposición a su socio local, convirtiendo a los combativos movimientos populares que han enfrentado a un poderoso enemigo y le han infringido derrotas importantes, en peones políticos en un esquema democrático a su manera, como han logrado hacer con otras organizaciones y hasta países en el pasado.
Como lo que muchos denominan el conflicto del Medio Oriente, que no es más que injerencia sionista de Tel Aviv a como dé lugar contra el pueblo palestino y los países árabes vecinos, ha sido gran noticia en los últimos dos años, debido al abierto genocidio de Israel contra los palestinos en la Franja de Gaza, veamos dos ejemplos recientes de esta “pax” estadounidense.
Como se conoce, y nosotros lo hemos difundido ampliamente en este mismo sitio en ocasiones anteriores, el movimiento islámico Hezbollá del Líbano apoyó a sus hermanos palestinos desde que se iniciara la última etapa del genocidio israelí en su contra en octubre del año 2023.
Hezbollá se enfrentó a los sionistas, impidió la cacareada ofensiva terrestre israelí que no llegó a alcanzar los objetivos que se proponían y asoló el norte de los territorios palestinos ocupados por Israel, convirtiéndolo en lugar desierto, con el abandono de decenas de miles de colonos israelíes y la paralización total del turismo y los negocios millonarios que se producían en estos territorios.
Además, alcanzó con sus cohetes y con sus drones importantes instalaciones militares y de inteligencia de Israel.
Claro, el precio a pagar fue muy alto, sobre todo después del éxito de la operación de los beepers o localizadores- habían sido cargados con explosivos y fueron detonados por control remoto en un momento determinado- por parte del Mossad israelí que afectó a una buena cantidad de cuadros de nivel medio y alto del movimiento islámico.
Después de ese gran golpe le era difícil al movimiento islámico continuar la resistencia con el mismo empuje y al mismo nivel que anteriormente, principal razón por la que aceptó un acuerdo de alto el fuego como paso previo para lograr un mejor entendimiento y una paz entre Israel y el Líbano.
Así se destacó el “salvador”.
Aunque era la era del señor Biden, desde el inicio del enfrentamiento los emisarios del imperio comenzaron a ir y venir, tanto al Líbano, como a Israel y a países árabes vecinos, para lograr un entendimiento que finalmente se logró en noviembre de 2024.
Trece fueron los puntos que finalmente se acordaron, al parecer, normales para un enfrentamiento como ese pero que le dejaron a Israel permanecer en cinco puntos de la frontera sur del Líbano y tanto Estados Unidos como Francia se mostraron garantes de que todo saldría bien y que los comprometidos cumplirían la parte que le correspondía.
Luego se iría conociendo poco a poco que mientras eso ocurría, otras fuerzas también del gobierno estadounidense actuaban, públicamente y en secreto, con diferentes fuerzas libanesas contrarias a Hezbollah con el objetivo de lograr el desarme total de ese movimiento islámico y su eliminación como factor político importante en el país.
De igual forma, se trató por diferentes vías de poner fin a la misión de las Naciones Unidas, UNIFIL, porque indudablemente sus efectivos comenzaron a reportar que Israel violaba el acuerdo de forma sistemática y era falso que Hezbollah estuviera haciendo acciones contra Israel al sur del río Litani.
Para reafirmar lo anterior, pocos meses después de firmado el acuerdo, fuerzas libanesas encontraron diferentes medios electrónicos de inteligencia que Israel había dejado en lugares estratégicos al sur del Líbano para reunir información a fin de continuar sus acciones.
Al año del tan cacareado acuerdo, el gobierno de Israel ha violado en cerca de 10 mil ocasiones lo establecido (7, 500 ataques aéreos y 2,500 ataques terrestres), ocasionando 330 muertos, 945 heridos e impidiendo el regreso a sus tierras en el sur del Líbano de 1,4 millones de desplazados durante los enfrentamientos con Hezbollah, además de toda la destrucción física causada.
Afortunadamente ese plan yankee ha sido descubierto, desenmascarado y denunciado por las fuerzas progresistas del área y del mundo.
Algunos observadores consideran que pronto se reanudará el enfrentamiento de Hezbollah con Israel, ya que el movimiento islámico dejó de debilitarse y desaparecer, se ha reorganizado, ha ganado fuerzas y mantiene su posición de firme defensa de la soberanía nacional ante la injerencia israelí- estadounidense.
El otro ejemplo es el acuerdo de cese al fuego adoptado el pasado once de octubre entre Israel y el movimiento islámico Hamas para la Franja de Gaza.
Aunque la propaganda sionista tiende a magnificar sus acciones genocidas contra ese enclave y dar por derrotado al movimiento islámico, lo cierto es que no es descabellado pensar que la principal razón por la que Hamas acepta dicho acuerdo es porque el gobierno sionista desde hacía meses estaba usando el hambre como arma de guerra.
Utilizando diferentes excusas se impedía la entrada de los camiones con alimentos y otros medios de subsistencia para la población civil tan afectada por el genocidio sionista y el número de fallecidos por hambre, fundamentalmente niños, comenzó a crecer diariamente.
Los combatientes de Hamas, y de los otros grupos que se le unieron para enfrentar militarmente al agresor sionista, están allí, han logrado eliminar a varios de los agentes y grupúsculos colaboradores de Israel que tenían en el territorio de Gaza y mantienen su determinación de continuar la lucha hasta tanto no se cumplan las justas demandas del pueblo palestino.
De la otra parte, ¿qué hemos encontrado?
A dos meses de la firma del cese al fuego, el gobierno de Israel ha cometido centenares de violaciones que han provocado 366 muertos y 938 heridos según las últimas cifras informadas a inicios de diciembre por la autoridad de salud de la Franja de Gaza.
¿Cuáles son los objetivos principales de Estados Unidos detrás de este acuerdo, que han ido saliendo a la luz poco a poco?
Lograr el desarme de Hamas, y los otros movimientos que le acompañan en el enfrentamiento armado al agresor sionista
Que Israel recuperara todos los rehenes en manos de Hamas, vivos o muertos, terminando con las manifestaciones de los familiares de los mismos contra el gobierno por la inacción en ese sentido hasta ese momento.
La gran tajada billonaria para la reconstrucción de Gaza donde las empresas yankees tendrían una participación importante.
Acabar con el foco de resistencia armada a Israel, lo que implicaría un fortalecimiento de ese país en el área en todos los sentidos.
Aclarado qué persigue realmente la pax estadonidense según se aprecia en estos dos ejemplos; demostradas las violaciones del gobierno sionista que indican que acuerden lo que acuerden, firmen lo que firmen, patrocínelo quien lo patrocine, ellos continuarán con su agenda de enfrentamiento y tierra arrasada contra el pueblo palestino, sin dejar sus ambiciones de construir el Gran Israel que implicaría también la ocupación de tierras en países vecinos- al menos ya lo han ido logrado en Siria sin gran oposición ni complicaciones, después del derrocamiento de Bashar al- Assad.
Entonces, se impone la denuncia de este doble rasero, de los verdaderos intereses del gobierno estadounidense detrás de esos acuerdos y continuar el apoyo decidido al hermano pueblo palestino hasta que el mismo pueda vivir en su propio Estado, en su propia tierra, la consignada antes de 1967 y con el regreso de todos los buenos hijos forzados al exilio por el ente sionista y sus acciones.
15 de diciembre 2025
*Juan Hernández Machado es contador, planificador y graduado en idioma inglés. Analista político internacional, Premio Nacional de Filatelia 2012 y miembro de la UNEAC. Autor de once libros publicados en Cuba y Colombia, con artículos en medios de varios países. Colaborador del periódico digital El Pregonero del Darién.






