Opinión

Alianza pública y privada para el desarrollo

Entonces qué bueno que entendamos todos que una de las tareas a desarrollar lo más pronto posible en Urabá, es esa asociación de dirigencias públicas y privadas.

Luis Alfonso Ossa B./Opinión/El Pregonero del Darién

Mientras  en “El Gran  foro  Urabá  la Nueva Potencia”, realizado  en buena hora por  el diario El Colombiano, sus participantes con mucho optimismo entre abrieron las ventanas de esta región  para que el país lograra ver hacia adentro lo que puede llegar a suceder  en materia de desarrollo económico  cuando Puerto Antioquia ponga en funcionamiento sus instalaciones y la dirigencia toda, la pública y la privada, sea capaz  mediante un trabajo mancomunado de volver realidad ese Urabá soñado que con tanto optimismo narraron todos en el foro, del Colombiano y que ciertamente termina seduciendo al  gran capital para que entienda que es acá en donde sus inversiones tendrán una inmensa  ganancia y una rápida tasa de retorno, porque además del Puerto fuimos capaces de construir una región equilibradamente competitiva.

Pero vamos a lo que de alguna manera es lo que me lleva a escribir esta notica hoy en medio del fulgor y el optimismo que dejaron los participantes en el Gran Foro del Colombiano. Mientras cada gremio expone con alegría lo que la apertura de Puerto Antioquia significa para ellos, el optimismo nos hace olvidar  que si bien la inversión privada en este naciente escenario avanza con la velocidad que el capital requiere, no pasa lo mismo con lo que deberían ser las inversiones  requeridas en infraestructura en nuestros territorios para  que estos puedan inscribirse de manera efectiva en el desarrollo que derive del proceso económico que nace con esta nueva circunstancia de quedar Urabá inscrita en la economía mundial a través de la actividad exportadora e importadora que vendrá y que por supuesto tendrá que tener una repercusión  económica en los territorios, en unos más que en otros, en la medida que  cada municipio se preocupe por construir las mejores infraestructuras posibles para atraer el capital a su territorios  ofreciendo  mayores oportunidades competitivas, acompañándose  a su vez por igual  con algunos  alivios fiscales para que el capital inversionista los empiece a ver como el lugar adecuado para relocalizar sus empresas, lo que a su vez nos permitirá ver las inmensas repercusiones sociales que estas nuevas  circunstancias tendrán en las comunidades de cada municipio.

Ya vemos pues como se vuelve de importante el trabajo mancomunado entre el sector público y el privado, para que  ese «territorio incierto»  del desarrollo social que depende en mucha parte de la presencia de un  Estado solvente para satisfacer muchas de las expectativas de los ciudadanos, no lo dejemos a la inercia derivada de una  burocracia que en ocasiones no marcha al ritmo de las necesidades de la población, y dejarlo que marche a su propia velocidad es exponer el equilibrio necesario del desarrollo social a las decisiones de una burocracia en ocasiones peligrosamente ineficiente en esta materia tan sensible a la tranquilidad ciudadana. 

Entonces  qué bueno que entendamos todos  que una de las tareas a desarrollar lo más pronto posible  en  esa asociación de dirigencias públicas y privadas fuera  la conformación de un gran equipo multidisciplinario  donde  por supuesto  convoquemos a las universidades como su columna vertebral, para que sea dicho equipo el que aborde con urgencia el diagnóstico  del estado actual de las administraciones municipales desde el punto de vista de su infraestructura mínima  de la  cual carecen y ya luego  en etapas posteriores y acorde a los recursos que puedan gestionarse fundamentalmente del orden nacional y departamental, pero siempre  contando también con el acompañamiento del sector privado, se vayan ejecutando  esas obras de infraestructura que los municipios requieren para abordar con el máximo de eficacia posible las repercusiones económicas y sociales que  las apertura del Puerto tendrá en la economía regional en cada uno de ellos.

Se hace necesario y urgente que nuestros municipios trabajen con rapidez en la construcción de garantías suficientes para que comencemos a estimular la relocalización de algunas empresas, que con la generación a corto plazo de empleos nos ayuden a neutralizar la triste confrontación de bandas de jóvenes que a diario están cayendo víctimas de una violencia generada en la ausencia total de oportunidades laborales.

Al volver a mirar el desarrollo “El Gran  foro  Urabá  la Nueva Potencia”, y las conclusiones que al final se insinúan nos alegra ver el entusiasmo con el que la dirigencia privada de Antioquia vuelve a mirar el panorama que se le abre a nuestro departamento con la inminente apertura de Puerto Antioquia, pero  nos queda el sabor amargo de no encontrar en el desarrollo de este importante foro, que por supuesto aplaudimos su realización, la presencia de La Diócesis de Urabá como la gran líder en la difícil tarea de la construcción del tejido social tan violentado durante tantos años  y por supuesto que  al estar ausente tan importante protagonista que  a su vez ha sido quien ha  liderado el difícil trabajo social en toda la región, es obvio que el componente social en este foro hubiera terminado por ser el gran ausente, ausencia que la señalamos más con el ánimo de que trabajemos  todos por que rápidamente sea incluida  La Diócesis en este colectivo de  trabajo que proponemos tendiente a construir ese nuevo Urabá lo más incluyente  posible.

Cada gremio expone con alegría lo que la apertura de Puerto Antioquia significa para ellos (Foto ANI)

Wilmar Jaramillo Velásquez

Comunicador Social Periodista. Con más de treinta años de experiencia en medios de comunicación, 25 de ellos en la región de Urabá. Egresado de la Universidad Jorge Tadeo Lozano

Artículos destacados

Botón volver arriba