
El Fondo para la Promoción del Patrimonio, la Cultura, las Artes y la Creatividad, se regiría por el derecho privado. Lo que significa un riesgo para la transparencia en la asignación de recursos.
Este proyecto de ley junta el sector cultural, que propende por mantener el valor inmaterial que nos caracteriza como colombianos, con la “economía naranja” que es todo bien o servicio que se fundamenta en la propiedad intelectual. Esto significa que cualquier proyecto podría acceder a los recursos del fondo, si acredita propiedad intelectual, dejando sin financiación proyectos específicamente culturales.
En el Consejo Directivo del Fondo no existe una representación amplia del sector cultural. Mientras el gobierno tiene 5 representantes, el sector cultural solo tiene uno que correspondería al Consejo Nacional de Cultura.
El proyecto de ley no crea nuevos ingresos para inversión en el sector cultura solo organiza los recursos que están destinados a proyectos culturales.
Se necesita más fuentes de financiación para el sector cultura de Colombia por esta razón el representante antioqueño propuso que la tarifa de la contribución parafiscal de las artes escénicas aplique a la boletería de menos 2 UVT (Unidad de Valor Tributaria) que estaría grabada con un porcentaje de 5%. De esta forma aumentarían los ingresos de inversión para el sector cultura.
Frente a la reducción de la tarifa de retención en la fuente de la que trata el artículo 15, es necesario tener en consideración que el sector artístico y cultural está compuesto en gran parte por trabajadores independientes que no pueden considerarse MIPYMES porque son unipersonales o de dos personas. La reducción de la que trata el artículo 15 no beneficia al amplio del sector, sólo a las grandes empresas de la cultura.
En conclusión, este proyecto de ley no busca una inversión real en la cultura. Es una iniciativa que obliga al sector a estar en constante disputa por los pocos recursos disponibles, con el agravante de que cualquier proyecto de propiedad intelectual que haga parte de la economía naranja y que no tenga relación con la cultura, podría acceder a ellos, mermando las posibilidades del sector cultural. Concluye el Congresista.