
Esta edición de lujo en pasta dura, corregida y aumentada. Trae tres cuentos nuevos y su lanzamiento está previsto para este 30 de noviembre a las 4: PM, por Facebook Live.
Prólogo
La segunda edición de Cuentos de río, mar y tierra (2020), de Clarildo Mena Hinestroza, es el octavo libro de una prolífica producción cultural de narraciones y ensayos. El autor, colombiano de ascendencia africana, es narrador, ensayista y educador. La primera edición de esta colección salió en 2017 y resultó tener un éxito tan fulgurante que fue necesaria esta segunda edición.
En esta colección de relatos cortos, Clarildo Mena nos lleva de la mano por los vericuetos expresivos y estéticos del relato breve, apoyándose, en parte, en la tradición oral de la tierra que lo vio nacer, una oralidad (literaria) cultivada y mantenida viva por la familia y la comunidad. Así lo recalca el propio autor en el prólogo de la primera edición del libro, al observar que “(…) nace de la curiosidad que desde niño he tenido por las historias y las muchas fantasías que he prolongado en mi memoria al escuchar, ver o vivenciar algunos sucesos de la vida real”.
Con esta propuesta cultural y etnográfica Clarildo Mena se embarca en un proceso de recuperación del acervo cultural y del legado histórico, y de la experiencia de la transafricania en Colombia, a través de una de sus múltiples expresiones estéticas: el relato breve.
Los quince relatos que conforman la colección Cuentos de río, mar y tierra recogen y narran momentos, experiencias personales y colectivas mediadas por la memoria y, por ende, por la reafirmación de la identidad. Los relatos exploran diversas facetas de la historia, las costumbres y las prácticas sociales y tradicionales de las comunidades que habitan esa geografía de Colombia definida por la omnipresente presencia del agua, ya sea el río (Atrato), los lagos, los manantiales, el mar (Caribe) y la biodiversidad de la fauna y flora.
Desde diferentes perspectivas vivenciales y situacionales, los relatos tematizan lo que el autor Édouard Glissant (Martinique) llama “l´identité à racine multiple,”, es decir, la colombianidad negra, entre otras, a través de prácticas alternativas, saberes locales y espacios urbanos y transurbanos.
Algunos de los personajes que evolucionan dentro del universo de esos relatos oídos en las veladas nocturnas familiares y/o comunitarias forman parte de la historia de comunidades desterritorializadas geográfica, histórica, institucional y culturalmente. Los cuentos de Clarildo Mena los reterritorializan por medio de experiencias definidas por la ética, resiliencia, el coraje y la supervivencia de la experiencia del “dolor común”, a la manera de Pius Ngandu Nkashama (República Democrática del Congo), mantenidas vivas y transmitidas por medio de la oratura de generación en generación, como lo resalta el propio autor: “(…) desarrollé la habilidad para estar atento, escuchar y permanecer cerca de donde se cuenten historias: en velorios, paseos, fiestas, glosas callejeras, peleas de barrios y las reuniones que se daban en las noches de luna en los pueblos”.
En efecto, Clarildo Mena contemporiza esas historias y experiencias por medio de la intertextualidad histórica y geográfica en algunos cuentos como “El inspector Conejo” y “El zancudo polizón”, por citar unos ejemplos. Esa estrategia escritural se enmarca dentro de ese proceso de reterritorializacion cultural simbólica y/o estratégica, según el caso, que implica la construcción de una cartografía temática que se inscribe dentro de un proceso de recuperación, reactivación y rearticulación de la memoria, lo que el poeta y crítico dominicano Blas Jiménez Abreu llama “las voces perdidas”.
El uso de diversos recursos discursivos y estéticos le permiten a Mena convocar la memoria histórica y cultural con vistas a la articulación de un discurso diferente y, de paso, actualizar dichas voces y, por ende, comunidades y sus espacios. En este sentido, Cuentos de río, mar y tierra propone un proyecto narrativo abierto, dialogante y dinámico que explora espacios narrativos alternativos a partir de realidades y experiencias locales y nacionales, pero marcadas por el sello de lo universal en su temática. Las múltiples y constantes referencias al medio ambiente la convierten casi en motivo literario. Los relatos facilitan, en diversas instancias, la construcción de una geografía identitaria con sistemas epistemológicos y simbólicos convergentes como expresión de la colombianidad plural.
En este sentido, Cuentos de río, mar y tierra explora la condición humana en sus diversas facetas y complejidad al recoger temas universales como el amor, la violencia, la viveza, la picardía, la soberbia y las costumbres. A tal efecto, Clarildo Mena recurre a diversas estrategias narrativas, entre las cuales destaca el protagonismo dado a los animales, insectos y otras criaturas de la fauna y flora de la zona, a quienes dota del uso de la palabra, de la razón y otros rasgos humanos, con lo cual introduce elementos de fábula y de lo fantástico dentro del universo narrativo en algunos de sus cuentos.
La fluidez del verbo, la solidez de la palabra, el poder de las imágenes y de las metáforas que alimentan y pueblan los relatos parecen revelar que el autor ha bebido de la misma fuente que los grandes maestros del relato breve, como Guy de Maupassant (Francia), Rudyard Kipling (Inglaterra), Edgar Allan Poe (EE.UU), y en América latina podemos mencionar a Leopoldo Lugones, Jorge Luis Borges, Augusto Monterroso y Horacio Quiroga, entre otros. El autor de Cuentos de río, mar y tierra despliega una escritura esmerada y cautivante en la tradición del relato breve latinoamericano, tal como la definieron narradores como el uruguayo Horacio Quiroga. Asimismo, consigue en breves pinceladas narrativas captar y retratar el alma y la psicología de los personajes que habitan esa Colombia invisible e invisibilizada, pero vibrante y dinámica a través de la pluma de Clarildo Mena. Y, de ese modo, inserta sus experiencias en los espacios públicos y culturales de transacción de la institucionalidad cultural oficial.
Por último, es preciso resaltar que Cuentos de río, mar y tierra representa un extraordinario tour de force narrativo por la diversidad de los relatos y la exquisita calidad de los textos que lo conforman. Con esta colección de cuentos, Clarildo Mena vuelve a demostrar que no necesita cartas credenciales, porque ocupa un lugar bien merecido dentro de la historiografía literaria colombiana y, por ende, latinoamericana, pese al notorio silencio de las grandes casas editoriales de su país hacia su prolífica producción cultural. En vista de todo ello, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que esta colección de cuentos ha confirmado lo que todos sabíamos, la consolidación de una pluma literaria contundente.
M’bare N’gom Faye- Doctorado en Estudios Iberoamericanos y Latinoamericanos y Decano Facultad de Letras, Universidad Estatal Morgan Baltimore, Maryland Estados Unidos.