Por: Luis Alfonso Ossa B.-Especial para El Pregonero del Darién
Las grandes capitales del mundo cuyos gobernantes han entendido que ya no es tiempo para aplazar medida alguna que tienda a mejorar ó preservar el medio ambiente y por eso no ahorran esfuerzo alguno por implementar políticas tendientes a incidir de manera positiva en el escenario de la conservación ambiental que garantice a las próximas generaciones que recibirán por lo menos un país en condiciones ecológicas suficientemente buenas como para garantizar que especies que estuvieron en peligro de desaparecer han vuelto a tener una esperanza, la misma que les permitirá a los seres humanos por venir poder conocerlas y compartir con ellas el planeta.
En ese contexto vemos como los gobernantes de la gran mayoría de ciudades del mundo han hecho el esfuerzo, entre otros, de crear y mantener a su interior jardines botánicos que además de convertirse en santuarios para especies animales y vegetales, son lugares de encuentros recreativos para la sociedad harta del stress citadino cargado de contaminación extrema del aire.
Vemos entonces que la sabiduría y sensibilidad de los gobernantes que han acertado en crear y mantener Jardines Botánicos en sus ciudades, se traduce en entregarle a sus conciudadanos una llave de múltiples beneficios en pos de una cada vez mayor calidad de vida. Dicho de otra manera, es quizás una de las más importantes inversiones que los gobernantes pueden hacer mientras dure el tiempo para el cual fueron elegidos y es posiblemente una obra mucho más trascendente en el tiempo que algunas otras de orden urbanístico, necesarias por supuesto, pero no tan redundante en términos de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Este pequeño introito es para proponer que decidamos desde ahora la creación del Jardín Botánico de Urabá, para el cual en teoría contamos con el mejor espacio que podamos tener para ello en la región, El Parque Recreativo de Zungo, propiedad de Comfamiliar Camacol, hoy en usufructúo de otra caja de compensación, Comfama, en condiciones de alquiler, pero igualmente dedicado a la recreación de las familias beneficiarias de esta Caja.
Pensamos que proponer que el hermoso y bien tenido parque recreacional de Zungo alberque también un Jardín Botánico no significa quitarles a los trabajadores una zona de esparcimiento de sus familias, que ciertamente son bien pocas las que pueden disfrutar en la región. Es posible en la concepción moderna de los jardines botánicos, que estos puedan coexistir también con la recreación activa que hoy posee la zona recreacional de Zungo, por lo que al tomarse la decisión por parte de las autoridades gubernamentales, lo que se estaría es creando un nuevo ente cuyo componente científico, que es lo que implica ser jardín botánico, sería asumido por la respectiva autoridad gubernamental, incluyendo ahí el costo del presupuesto respectivo, ya que el componente recreativo está ya siendo manejado con lujo de eficiencia por el convenio existente entre Comfamiliar Camacol-Comfama.
Propongo entonces que este sea el comienzo de una amplia discusión en la que participen todos los sectores que estén dispuestos a sumar esfuerzos para volver realidad un proyecto que pone a Urabá en la lista de las modernas ciudades que, sin deteriorar la recreación ciudadana, propicia con mucha fuerza un eficiente escenario de preservación ambiental.